Sistema árbol genealógico familiar completo

Proyecto personal de desarrollo de software que surgió a partir de una iniciativa familiar, en las amenas conversaciones entre tíos, primos y sobrinos donde se decía lo mucho que se ha ramificado nuestra familia, tanto que algunos integrantes no tengo el gusto de conocer en persona (viven fuera del país), pero si tenemos contacto gracias a las redes sociales.

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¿Porque es importante conocer nuestras raíces?

Un pueblo, una familia o una persona sin pasado, es como un árbol sin raíces. No posee vida, es frágil y cualquier viento lo puede derribar. Saber de dónde viene uno es fundamental para poder enfrentar los desafíos del presente y del futuro. Es estar “bien plantado”, firme y seguro de todo lo que hemos sido, orgullosos de todo lo que somos ahora y confiado de todo lo que se deseamos ser para el futuro.

Todos los seres humanos necesitamos sentir la seguridad y el orgullo de nuestro pasado. Pues todo lo que hemos sido, como pueblo y como persona, explica lo que en la actualidad somos. Todos los pueblos del mundo tienen una antigua historia. Lo mismo que todas las personas y las familias tenemos un pasado que explica lo que estamos haciendo en este momento. Nuestra historia nos dice de dónde venimos, nos enseña a entender en dónde estamos ahora y nos permite pensar a dónde en verdad queremos ir.

Un pueblo, una familia o una persona que no conozca su pasado, se encuentran perdidos y desolados. Pues en el milagro de la vida, todos formamos parte de una continuidad genética, histórica y espiritual. Una larga cadena de cadenas que se entrelazan unas con otras, nos unen y nos fortalecen. Lo que hicieron, aprendieron y crearon nuestros antepasados ahora es parte fundamental de lo que hoy somos, aunque a veces no lo entendamos claramente.

En la vida todo se da a través de un sistema de causas y efectos, muy pocas cosas son casualidades. Cuando uno conoce su pasado, y el pasado de nuestros padres y abuelos, y aun más, el pasado de nuestra Cultura, de nuestra Civilización; algo extraordinario acontece en nuestra conciencia y en nuestro interior. Una fuerza muy poderosa que viene desde muy adentro y desde muy atrás, nos llega como esas crecidas de los ríos en las cuencas secas que, aunque no llueva en el plano y todo este árido, de las montañas baja el agua con una fuerza inaudita llevando la vida a los animales y a las plantas.

De la misma manera, cuando uno conoce su pasado, tanto el personal, el familiar, como el de nuestra Civilización, una fuerza extraordinaria y poderosa llega hasta nosotros como un torrente de energía y confianza y se suma a nuestras vidas como un recurso más, para mejorar y darle sentido y orientación a nuestro existir y a nuestras familias. Debemos de buscar el conocer nuestros orígenes. Tenemos que buscar nuestras propias huellas en el tiempo y dar con lo mejor de nuestros padres y abuelos, de nuestros más lejanos antecesores, para poder honrarlos y mejor conducirnos en la vida, para mantener el orgullo de “todos los que hemos sido” y para dejarles herencia a los que preguntan mañana por nosotros.

Sí nos preocupamos por aquellos que vivieron antes de nosotros y nos dejaron su herencia, su semilla, su conocimiento, y si este tesoro se lo enseñamos a nuestros hijos a nuestros niños, sembraremos la semilla que no se acaba, que no muere en el tiempo, que no se seca ni se pudre en el olvido. La semilla nos alimenta el corazón y fortalece nuestro espíritu. Es semilla que nos forja “un rostro propio y un corazón verdadero”, el alimento que nos hace ser verdaderos. Mujeres y hombres de bien, familias y pueblos de gente honesta y recta, gente con tradición, con costumbre y con rostro. Nos convierte en gente respetuosa y trabajadora, con el corazón florecido y altivo. Gente con dignidad.

Necesitamos conocer la historia de nuestros antepasados, conocer su obra, su huella y su fruto; para poder ser, dignos herederos de ellos. Al conocer podremos sembrar la semilla en nuestros hijos, semilla de honor, rectitud y nobleza. Y esto es necesario para que nuestros hijos, así mismo lo hagan en sus hijos y en los hijos de sus hijos, y no se pierda la grandeza de nuestra fecunda raíz, para que no se pierda el maravilloso legado de nuestros Viejos Abuelos que esta depositado en cada uno de nuestros corazones.

Hasta aquí el ensayo del maestro Guillermo Marin, a quien le mando un saludo afectuso. Si gusta conocer mas sobre este gran pensador, puede visitar Toltecayotl.

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Gráfico de funciones.

 

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